¿Se imagina usted una iglesia en la que se puede orar y adorar a Dios sin dejar de ser usted mismo, sin tener que renunciar a sus tradiciones y cultura; una iglesia que le recibe con los brazos abiertos sin importarle su género, preferencia, su raza u origen, su estatus o su condición social?

Así es la Iglesia Episcopal y le da la Bienvenida a usted y a su familia con las puertas abiertas de par en par. Somos una iglesia que acoge con satisfacción las dudas de quienes se le acercan y trata de responder a todas las preguntas, sin pretender tener todas las respuestas.

Somos una iglesia que predica los valores del Reino de Dios, que celebra su diversidad y reconoce la riqueza de cada individuo y los valores de su cultura.

Celebramos La Eucaristía y fraternalmente compartimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo en cada una de ellas.

También celebramos bautismos, confirmaciones, bodas y cuando el dolor toca a su puerta, estamos allí para brindarle nuestro apoyo. Somos una iglesia católica que tiene grandes similitudes y diferencias con otras iglesias de la tradición católica.